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Disartria https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/logopedia/que-es-la-disartria-y-causas

La disartria es un trastorno del habla que impide la correcta articulación de sonidos y palabras, dificulta la comunicación efectiva, y afecta también a la deglución. Conoce su tratamiento y los ejercicios más indicados.

Qué es la disartria y causas

La disartria es una dificultad para llevar a cabo una correcta articulación, tanto de sonidos como de palabras. Se da cuando existen problemas para controlar o coordinar los músculos que intervienen directamente en el habla, o hay una falta de tonicidad en los mismos, así como problemas en el sistema respiratorio (labios, lengua, mandíbula…).


Esto conlleva que las personas con disartria, tanto si son adultos como niños, tengan un lenguaje enredado y desdibujado, ya que su capacidad para hablar se ve mermada, y su habla no resulta comprensible para los demás a nivel general, o de manera aislada. Una consecuencia directa de este trastorno son las dificultades que genera a nivel social cuando el paciente no es capaz de hacerse entender, lo que en ocasiones puede llegar a provocar depresión y aislamiento social.


El habla, además de estar desdibujado (no marca bien los diferentes puntos y modos de articulación de cada fonema), es más lenta y, como consecuencia de una incorrecta coordinación fonorespiratoria, se convierte en una voz soplada, susurrada y ronca, emitiendo el paciente una voz tensa, nasal y áspera, con un ritmo y volumen irregular y monótono. Puede aparecer sialorrea, que es la secreción excesiva de saliva y, por tanto, babeo por la falta de tonicidad. Se compara la voz y el habla disártricos con el de un robot.


Estos pacientes también presentan problemas para deglutir, al no haber un buen control de los órganos orobucofonatorios (labios, lengua, paladar blando…) sufriendo de manera constante atragantamientos.

Causas de la disartria

La disartria puede tener diversos y variados orígenes, desde el empleo de determinados medicamentos como sedantes y narcóticos, haber sufrido un traumatismo craneoencefálico, trombosis, ictus, un tumor cerebral, parálisis facial, o enfermedades degenerativas como párkinson, alzhéimer, esclerosis múltiple, ELA y demencias.


Sea cual sea su origen, para que se dé la disartria tiene que quedar lesionada una zona específica del cerebro, que es la encargada de planificar, ejecutar, o regular, las órdenes motoras de los músculos encargados del habla, incluyendo también extremidades, cabeza y cuello. Es por ello que aunque el sistema nervioso emite correctamente la orden motora los movimientos no son ejecutados con propiedad.


Diagnóstico de la disartria y tipo

La disartria se puede confundir por sus síntomas con la afasia-disfasia y la apraxia.


Para diferenciar estas tres patologías debemos de tener en cuenta:

  • Afasia: comúnmente se confunde con la afasia de Broca, que consiste en la incapacidad para ejecutar las órdenes motoras necesarias para el lenguaje oral, al estar afectada el Área de Broca del cerebro, en el hemisferio izquierdo. Su característica principal es el agramatismo y un fallo en el componente motor del lenguaje. Habitualmente, el lenguaje expresivo falla de manera reincidente en no encontrar verbos y en la gramática del lenguaje. El habla puede ser legible, dependiendo también de la intensidad y gravedad del origen que ha causado la afasia. Su origen puede ser por un traumatismo, ictus, o tumores cerebrales en dicha zona del cerebro. No se encuentran afectados los músculos del habla.

  • Apraxia: se ve localiza una zona del hemisferio izquierdo que es donde se encuentra el lenguaje y, a diferencia de la disartria, únicamente se ve afectada la articulación, no afecta a otras áreas propias del lenguaje, como son la coordinación fonorespiratoria, prosodia, resonancia, ritmo, voz, ni a la deglución; en este caso estas prevalecen funcionales. Este tipo de pacientes sí pueden hablar y tienen la voluntad, pero no son capaces de realizar la orden motora. En la apraxia no es el músculo el que se ve afectado, como en la disartria. Puede verse afectada la capacidad auditiva y de comprensión.

Tipos de disartria


Dependiendo de cuál haya sido el origen de la disartria nos encontramos con varios tipos.


Únicamente vamos a citarlos por tener conocimiento de ellos, ya que cada uno tiene unas características propias:

  1. Flácida.

  2. Espástica.

  3. Atáxica

  4. Mixta

  5. Del sistema extrapiramidal: hipocinética e hipercinética.


Tratamiento de la disartria y ejercicios


Los especialistas involucrados en el tratamiento de la disartria son neurólogos, que van a identificar de manera objetiva el origen de la patología, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas, que llevarán a cabo la rehabilitación propia del habla, y psicólogos que ayudarán de manera activa a este tipo de pacientes por todos los problemas asociados que conlleva, como aislamiento social y depresión. Es muy normal que sea el propio médico de cabecera o pediatra el que derive a estos pacientes al neurólogo al observar alguno de los síntomas asociados, siempre y cuando no haya de base una patología mayor ya localizada desde el nacimiento, como puede ser parálisis cerebral.


El logopeda es en este caso el especialista que determinará qué áreas se encuentran afectadas, y en qué medida, y tras haber obtenido esta información realizará un plan de trabajo personalizado para llevar a cabo con cada paciente, dando prioridad a las áreas más afectadas o que mayor repercusión tengan en el día a día del paciente. Ha de estar coordinado con el resto de especialistas citados previamente, al tratarse de un trabajo multidisciplinar.


Es parte fundamental del tratamiento informar debidamente tanto a los familiares, cuidadores o allegados, como al propio paciente, sobre en qué va a consistir la rehabilitación, ya que nuestro objetivo principal es el de buscar un medio de comunicación eficaz y adaptado a cada uno, ya sea por la propia emisión oral, o dotada de SAAC (Sistemas Alternativos y Aumentativos de la Comunicación). En estos casos la colaboración de los familiares es fundamental.


Las áreas principales de trabajo son habla, voz, respiración y deglución, y estas se pueden trabajar directamente tanto con el especialista, como en casa. Vamos a explicar qué es lo que se encuentra afectado en cada una de ellas, y a presentar diferentes actividades que se pueden llevar a cabo de manera sencilla y funcional por parte del paciente y de los familiares, cuidadores, o allegados a estas personas.


Lo ideal es que reciban las indicaciones por escrito, y se vayan alternando los ejercicios cuando veamos que se les quedan escasos, o hay una correcta evolución. En este tipo de tratamientos debemos de ser constantes y trabajar una media de 15-20 minutos diarios.


- Ejercicios respiratorios y fonación: para adquirir un correcto patrón diafragmático, ganar en volumen de aire, fuerza, e intensidad y, por lo tanto, mejorar la calidad de la voz, el ritmo de habla, disminuir la fatiga. Acostumbran a hacer inspiraciones cortas y rápidas, lo que les limita a la hora de mantener un ritmo de habla y la voz pierde calidad. Se trabaja mediante ejercicios respiratorios básicos con un correcto patrón, lo cual consiste en inspirar por la nariz y espirar por la boca dirigiendo el aire al abdomen, alternando ritmos y tiempos. Se puede trabajar también utilizando silbatos, pomperos, pajitas y agua, pelotas de papel, o canicas, para moverlas mediante soplo.


- Ejercicios de relajación: para distender el tono muscular de hombros, cuello y cara, ya que si no sus movimientos se verán limitados por presentar exceso o defecto de tensión. Es importante que aprendan a relajarse interior y físicamente. Esto se trabaja directamente con la respiración y el control postural.


- Praxias bucofaciales: para tonificar y adquirir control sobre los órganos articulatorios: marcar de manera correcta el punto y modo de articulación de cada fonema. Para ganar fuerza hay que realizar ejercicios repetitivos de lengua, labios y mandíbula. Una correcta articulación y apertura de la boca también ayuda en la propia impostación de la voz. Los movimientos que se realizan son arriba-abajo, a los lados, en círculos con la lengua, tensar y relajar labios, y con la mandíbula abriendo y cerrando la boca, desplazándola hacía los lados o hacía delante. Podemos encontrar vídeos y listados de praxias fácilmente con una simple búsqueda en Internet. Estos ejercicios son siempre iguales, al ser los movimientos de estos órganos limitados.


- Articulación: practicar los diferentes movimientos articulatorios para que la calidad del habla sea buena y, por tanto, legible. Se trabaja mediante imitación de sonidos, sílabas, palabras, o frases, que nosotros les indiquemos.


- Prosodia (entonación): hay que trabajar esta área para que a la hora de hablar el discurso del paciente no resulte monótono y lineal. Hay que hacer énfasis en las exclamaciones, interrogaciones, marcar si estamos contentos, enfadados, o siendo sarcásticos, para dar intencionalidad y sentido a la comunicación oral. Al igual que el anterior área se trabaja por repetición de diferentes sonidos, sílabas, palabras y frases, y en lectura, que es más completa y además de la articulación se trabaja también el ritmo, respetando pautas y signos de acentuación como los puntos y las comas, que nos indican dónde parar y respirar, la prosodia ante las exclamaciones e interrogaciones del texto…


- Control bucal y postural: la posición influye directamente en la vocalización y, en estos casos, hay que evitar que se encorven, ya que la respiración se verá limitada en cuanto a capacidad por estar contraído el abdomen, y el habla puede resultar más tensa, cortada, y la voz limitada en cuanto al volumen y timbre. Hay que estar sentados o de pie erguidos, con la cabeza recta y levantada, hombros y cuello relajados.


- Deglución, masticación: al perder tono en la zona laríngea, los músculos que trabajan durante las diferentes fases de la deglución pierden fuerza y, por lo tanto, les cuesta mucho más realizar estos movimientos: al masticar para preparar el bolo alimenticio, no poder cerrar bien los labios en caso de ser comidas líquidas como sopas, se nos caería y, en el caso de otro tipo de texturas, se nos pueden caer trozos o quedar en la boca sin ser conscientes de ello, y luego atragantarnos al no sentirlos ni haberlos limpiado debidamente con la lengua. Es importante trabajar esta área también en la fase faríngea y esofaríngea para evitar posibles atragantamientos y aspiraciones, ya que los alimentos pueden descender por las vías respiratorias hasta los pulmones, creando infecciones crónicas. Hay que ir probando diferentes texturas líquidas y sólidas para poder observar en cuál de ellas hay dificultad y corregirlo. Se trata de conseguir mediante masaje directo en los músculos relacionados con la deglución, y favoreciendo una correcta sensibilidad oral, ganar un mayor tono muscular y control para poder realizar la deglución. Hay que acudir siempre a un especialista en terapia miofuncional (TMF), y trabajar en primer lugar con ellos para aprender debidamente y saber actuar ante una posible aspiración o atragantamiento con las maniobras adecuadas. Esto es algo fundamental y evitará males mayores.


Estos ejercicios son básicos y no debemos de tener miedo, ya que siempre van a favorecer una correcta evolución; en ningún caso se van a perjudicar las personas con disartria


Consejos para trabajar con personas con disartria


Los familiares o amigos que quieran ayudar a las personas con disartria a mejorar su capacidad de comunicación, deben seguir estos consejos:


- Son personas que se fatigan fácilmente, por lo que es preferible que realicen un menor número de ejercicios, pero de manera correcta.


- Es un tratamiento personalizado y adaptado a las características de cada uno; no hay dos casos iguales, por ello, es importante respetar las pautas y ejercicios que nos facilitan los diferentes profesionales que trabajan con los pacientes disártricos, como logopedas, fisioterapeutas, y terapeutas ocupacionales.


- Lo ideal es trabajar por la mañana o por la tarde, momentos en los que estén mas descansados.


- El entorno y la sala tiene que estar adecuada y tranquila. Hay que evitar ruidos y distracciones para centrarnos en el lenguaje, e ir haciéndonos a su lenguaje oral y mejorar nuestra comprensión. Llegará un momento en que les entendamos sin dificultad.


- Respetar las pautas propias del oyente indicadas a continuación.



Aspectos a tener en cuenta por la persona con habla disártrica

Las personas con disartria deben prestar atención a:



Aspectos a tener en cuenta por el oyente



- Intentar utilizar palabras clave: claras y concisas a la hora de empezar a hablar sobre algún tema en concreto.

- Confirmar que la persona o personas con las que interactúan le están entendiendo.

- Coordinar la respiración y la fonación para hablar alto y despacio.

- Cuando se sienta fatigado, parar y descansar para que la calidad del habla no mengüe.

- Cuando no sea capaz de hacerse entender de manera oral, acudir a otros sistemas que le resulten útiles y cómodos.

Aspectos a tener en cuenta por el oyente

La persona o personas que interactúan con el paciente deben:


- Buscar un sitio tranquilo, sin distracciones, y sin ruidos de fondo que puedan perjudicar la calidad de la comunicación.

- Estar atento y pendiente tanto a las emisiones orales, como gestuales.

- Mirar a la persona durante la conversación para no perder detalle.

- Si en algún momento no entiende lo que le está diciendo:

  1. Decirlo para que la otra persona lo repita, o buscar otra manera alternativa para hacerse entender.

  2. Indicar la parte que se ha comprendido para facilitarle la labor al hablante.

  3. Hacer preguntas directas y no abiertas, indicarle que lo escriba, o que se apoye en un gesto.


La evolución del paciente con disartria, ya sea un niño o un adulto, dependerá directamente del origen de esta y de la intensidad y afectación de la misma. Hay buena evolución cuando la afectación cerebral o muscular es leve, pero cuando es una afectación severa, o asociada a otra patología de base, hemos de tener en cuenta que será un tratamiento estimulador, mas que rehabilitador. El objetivo principal siempre será buscar una buena calidad de vida para este tipo de pacientes, y dotarles de sistemas alternativos y aumentativos de comunicación (SAAC) para que ellos puedan valerse de manera autónoma en sus entornos cercanos.



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